7.10.12

Puntualidad

Me encuentro esperando en una estación del metrobus. Veo la gente pasar, de un lado al otro: Me da sed y voy a una tienda con apuro por si mis compañeros llegan en lo que me despego de la estación. Suena mi celular, mi compañera P llegará tarde... "pero ya voy en camino". Del compañero N ni sus luces. Regreso a la estación del metrobus, a seguir esperando. Recibo una segunda llamada, P me avisa que apenas viene en tal estación. Decido sentarme y me doy cuenta (como buena arquitecta que soy) que la estación no se pensó en un lugar específico para la gente que espera.

Es una cuestión cultural, comienzo a pensar mientras estoy sentada. El mexicano llega tarde por que así está educado. Aun cuando seas puntual, terminas volviéndote impuntual por que sabes que tal o cual persona va a llegar tarde. Entonces me resigné a seguir esperando.

Decido hablarle al compañero N y me dice que apenas se va a subir al metrobus, ¿A cuál? he ahí el dilema. Mejor llegó primero mi compañera P. Hasta fuimos por rollitos dulces de sushi envueltos en plátanos machos y bañados en salsa de fresa y salsa de cajeta en mi caso. Regresamos a la estación y, adivinen qué.
El compañero N todavía no llegaba.

No digo que yo sea puntual la mayoría de las veces, la verdad es que mucha gente a últimas fechas sabe que no llego exactamente a la hora. Y es por este tipo de cosas. Uno se acostumbra a que la gente poco a poco va llegando más tarde. Ya no son retrasos elegantes.

Y entonces pasamos a los pretextos:

  •  El tráfico está horrible
  • El metro se venía parando
  • La micro chocó con el de enfrente
  • El metrobus venía llenísimo y no me podía subir
  • Es que tuve que ayudarle a mi abuelita a subir las escaleras
Y sinceramente yo una vez cuando me preguntaron dónde venía les respondí:

  • Ya voy para allá, es que sigo en mi cama.
Preferible decir la verdad de dónde vas para que el otro se haga la idea de que te va a esperar mucho tiempo. Miren que si no hubiera sido por la espera de una hora y cachito jamás se me hubiera ocurrido escribir esto. 

Pero en realidad la cuestión sería, y esto exclusivamente del mexicano: 

¿Es preferible cumplir con el tiempo predispuesto o brindar un tiempo de calidad?

Ok, lleguemos todos tarde, pero el tiempo que estemos dedicando a nuestro "compromiso" sea con quien sea, que sea un tiempo de calidad. Un tiempo que sabes al menos no vas a recordar por el trago amargo que te hicieron pasar al esperarlos una hora. 

Ya me voy que ya voy tarde para comer. Y el hambre es canija...


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